“Yo sabía que quería volar, y los globos aerostáticos eran la manera más barata de hacerlo”, relata el piloto de 60 años, originario de Idaho, Estados Unidos. “Pero la primera vez que encendí uno, terminé quemando 16 hectáreas de trigo en el campo de mi papá. Eso hizo que mantuviera los pies sobre la tierra durante un tiempo.”
El inconveniente no le impidió que continuara con su sueño: dos años más tarde concretó su primer vuelo con éxito, y después de graduarse de la universidad se dedicó a sumar la experiencia y la educación necesarias para obtener la licencia de piloto comercial.
Spencer se considera a sí mismo un “embajador aéreo” de
Un interés que levanta vuelo
Cada año, durante la primera semana de noviembre, los cielos de Arizona se convierten en un colorido mosaico durante The Page Lake Powell Balloon Regatta. Para iniciar el evento de cuatro días, los pilotos se ofrecen voluntariamente a enseñarles a los estudiantes locales sobre la ciencia de volar, con experimentos prácticos y un concurso de arte de la escuela secundaria. Al amanecer de cada día comienza la ceremonia de ascensión masiva de globos alrededor del lago, y el sábado por la noche, los que están atados al suelo encienden sus quemadores para crear un "resplandor aerostático" que ilumina la feria de la calle Page para los miles de visitantes de todas las edades.
“Viajar en globo siempre ha tenido un aire reservado y tranquilo para mí. Fue divertido ser parte de este deporte cuando empezó a ser popular, antes de que todo el mundo supiera de él”, señala Spencer. “Sigue siendo una experiencia impresionante”, señala “y una lección de humildad: siento que soy el hombre más afortunado del mundo. He pasado mi carrera viendo a la gente sorprenderse con la vista a la que tienen acceso desde una canasta que flota en el cielo. Poder compartir esa sensación de alegría con ellos es lo máximo.”
Los que se animan
Convertirse en un piloto de globos aerostáticos es para entusiastas. En Estados Unidos, además de obtener una licencia regulada por la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés), para la que se necesita un mínimo de 10 horas en el aire y 10 vuelos realizados con éxito, también es necesario aprobar un examen escrito que abarca las regulaciones de vuelo para cada tipo de nave, desde helicópteros hasta jets. Además, la compra de un equipo requiere una importante inversión de dinero, y se necesita tener espacio suficiente para su almacenamiento, además de fuerza para manipularlo.
Lowenstein explica que el valor de un aerostato de este tipo oscila entre US$ 30.000 y 50.000, y su peso es de 226 a 272 kilos. Para transportar todo ese equipo se necesita un vehículo de tamaño y fuerza considerable, y personal en buena condición física. Los gastos de mantenimiento incluyen el combustible (los vuelos son impulsados por grandes tanques de gas propano), el almacenamiento, inspección y mantenimiento anuales, salarios para el equipo y, “por supuesto, champagne para brindar", concluye Lowenstein.
Volar en globo en Argentina
En nuestro país, la autoridad que regula la actividad y entrega los certificados de idoneidad aeronáutica, en este caso la licencia de Piloto Privado o Piloto Comercial de Aerostatos, es la Administración Nacional de Aviación Civil Argentina.

Mirá acá las fotos de The Page Lake Powell Balloon Regatta.
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