Javier es un pequeño productor rural y junto a su esposa Graciela trabajan la tierra, alimentan a sus animales y, a pesar de que el contexto resulta adverso, tienen grandes sueños para Milton y Juan, sus mellizos de 13 años. Ellos son de los pocos vecinos de Colonia La Peligrosa, un paraje rural en pleno corazón chaqueño, que poseen pozo de agua, un lujo que comparten con responsabilidad y vocación de servicio. Así es que cuando la sequía apremia, Javier y Graciela se convierten en héroes y salen por la comunidad a bordo de su viejo tractor a repartir agua en bidones. El resto de las familias del lugar deben esperar su llegada, o bien caminar hasta el aljibe más cercano.
La situación, sin embargo, pronto va a cambiar. El proyecto “Provisión de agua subterránea para agricultores familiares de Colonia La Peligrosa”, presentado por la Asociación Civil Consorcio de Servicios Rurales El Boquerón, resultó ganador de la última edición del Concurso del Agua, que desde hace 12 años organizan Fundación Vida Silvestre y
Las perforaciones se realizarán en puntos estratégicos del lugar, aquellos en los que se sabe que se puede alcanzar la mejor calidad de agua dulce. Además, el proyecto de agua para El Boquerón capacitará a los vecinos para mejorar el sistema productivo con pequeñas tecnologías adaptadas a la agricultura familiar y, fundamentalmente, con información –tanto para niños como adultos– sobre la importancia del respeto por los recursos naturales.
Alcance federal
La última edición del Concurso de Agua premió además otros dos proyectos: el de la Asociación Civil La Higuera (Chaco) y a otro de Fundación EPyCA (Santa Fe). Con foco en el beneficio social y en la importancia del agua para el planeta, la elección tuvo también en cuenta el rol activo de los beneficiarios en la creación y puesta en marcha del proyecto, así como también la posibilidad de replicarlo en otras comunidades con inquietudes similares.
En sintonía con su misión de dejar una huella positiva en las comunidades donde opera y entendiendo a la sustentabilidad como parte fundamental de su negocio,
Marcela conoce cada nombre, cada familia, cada sonrisa, cada gesto de preocupación y hoy tiene la certeza de que el futuro les traerá agua. Los mellizos de Javier y Graciela están orgullosos de que el esfuerzo de sus padres dio resultados. Saben que los héroes no llevan capa y, claramente, no deberían cargar bidones. En eso están.
Si querés leer sobre el proyecto de los vecinos de Misiones que construyeron su propia red de agua potable, hacé click acá.
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