Mariale Álvarez*
Solemos no prestar atención a la gestión de residuos hasta que se vuelve muy visible. Y, cuando esto ocurre, es porque ya se convirtió en un problema. El tema adquiere cada vez más relevancia tanto desde sus aspectos ambientales como también sociales. Las compañías somos responsables de parte de este problema y debemos involucrarnos con las soluciones como actores clave en un proceso complejo y que necesita cada vez más conciencia.
El problema de los residuos es global y, como tal, requiere una solución integrada que sólo es posible en articulaciones público-privadas. El gran desafío (o tal vez el desafío más difundido) son los plásticos. El camino que está transitando la industria comienza por el rediseño de los envases, el desarrollo de nuevos materiales de empaque y la asociación para intentar llevar las iniciativas de reciclaje a una escala relevante. Es un camino que debemos mejorar y acelerar, sin dudas, pero que todas las grandes empresas de consumo masivo tenemos entre nuestras prioridades.
En Argentina no tenemos datos oficiales de tasas de recupero y reciclado de residuos sólidos urbanos, pero estimaciones privadas indican que no superamos el 30% en los mejores casos. Queda aún mucho por mejorar.
Una de las formas que en
Pero la pregunta que necesita respuestas, entonces, es qué hacemos nosotros como ciudadanos a la hora de descartar la basura. Dicho de un modo directo: hay un trabajo pendiente que implica comprometerse y sensibilizar con el postconsumo individual. El trabajo con los municipios, con los recuperadores y con las cooperativas se convierte entonces en una tarea fundamental para el cambio.
*Directora de Asuntos Públicos y Sustentabilidad de
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