Cuando Greg Koch ingresó a
De visita por Buenos Aires para participar del evento principal de Sustainable Brands, encuentro que pone en el centro del debate la función de las marcas para la construcción de un futuro sustentable, Greg recibió a Journey en las oficinas de
¿En cuántos proyectos de agua está involucrado en la actualidad?
A nivel global, hoy tenemos proyectos en más de 3 mil comunidades.
¿Cuáles cree que son los principales logros de la iniciativa de administración global de agua que lidera?
El principal logro es comprobar cómo la iniciativa es parte del negocio. Creo que la mejor marca del éxito es habernos convertido en algo importante para la Compañía, no simplemente en una cosa linda que hay que tener. En términos de resultados, puedo mencionar que durante 14 años ininterrumpidos mejoramos año a año la eficiencia en el uso del agua; que hemos logrado que 3 millones de personas tengan acceso sostenido a agua potable alrededor del mundo y que alcanzamos la meta de reabastecer a la naturaleza el 100% del equivalente a la cantidad de agua utilizada en nuestras ventas a nivel global cinco años antes de lo que nos habíamos propuesto. Nuestra meta era llegar a ese 100% hacia el año 2020 y la alcanzamos en 2015 y seguimos haciendo crecer ese porcentaje de reposición, que actualmente se sitúa en el 133 por ciento.
¿Qué desafíos tiene pendientes?
Por un lado, que al haber alcanzado la meta de reabastecimiento cinco años antes corremos el riesgo de que la gente se relaje y pierda el foco. Hasta el momento no hemos visto que el entusiasmo por estos proyectos haya disminuido, pero puede ocurrir. El otro gran desafío es cómo podemos tomar todo lo que aprendimos y fuimos capaces de lograr en nuestros procesos de fabricación para trasladarlo a nuestra cadena de suministro agrícola y de ingredientes. Tanto en el momento del cultivo como en el del procesamiento de los ingredientes, desde edulcorantes hasta tés, jugos, café, se usa mucha más agua de la que requiere nuestro propio negocio. Por lo tanto, tenemos que ver cómo podemos ayudar a nuestros proveedores para que trabajen con los agricultores y adopten enfoques similares en cuanto a una mejor gestión del agua.
Hace un tiempo visitó Paraguay y ahora vino a la Argentina, ¿qué puede decirnos de la situación del agua en la región?
En la zona sur de Sudamérica, el agua vive dos realidades diferentes. Hay lugares con abundante suministro, muy verdes, como el norte de Paraguay. Y zonas que están entre los lugares más secos del planeta, como la región norte de Chile, con el desierto de Atacama y las ciudades de Arica, Iquique y Antofagasta, donde no llueve nunca. Por eso creo que los temas de agua deben tratarse a nivel local. De todas maneras, diría que el mayor problema, que no es exclusivo de esta región pero quizás aquí se nota más, es el rol de la agricultura y la ganadería. Sembrar y procesar los cultivos requiere agua; las vacas y las ovejas necesitan agua. Eso no lo podemos cambiar. Es la competencia por el agua la que debe ser dirigida.
¿Qué puede decirnos de los proyectos de agua de Coca-Cola en la región?
Que son ejemplos perfectos de nuestra iniciativa global para el cuidado del agua ejecutados localmente. En todos los países se comienza con el cuidado del agua en nuestras plantas; todo empieza por casa. Luego pasamos a las cuencas. Tenemos proyectos de protección tanto en Argentina, como en Uruguay y Paraguay. Pueden parecer diferentes en términos de cómo se aborda la conservación -con cambios en el uso de la tierra, en la agricultura o por medio de la reforestación-, pero diría que proteger las cuencas es nuestro sello distintivo. Hace poco lanzamos “Lazos de agua” en Paraguay, un proyecto sobre acceso a agua potable con socios como One Drop, el Banco Interamericano de Desarrollo y el gobierno, a través del Servicio Nacional de Saneamiento Ambiental (SENASA). Este es un ejemplo perfecto de alianza entre empresas, ONGs, sociedad civil y el gobierno. En la Argentina, tenemos una iniciativa similar con un gran proyecto de acceso a agua segura, que primero se focaliza en las escuelas rurales y luego en las comunidades. Esto lo estamos haciendo junto a tres ministerios nacionales, incluido el de Educación. Se trata de un puente para resolver un problema inmediato, como es la falta de agua potable, hasta que se consiga una solución a largo plazo.
¿Qué aprendió en estos más de 20 años trabajando en proyectos de agua para Coca-Cola ?
Una de las cosas principales que aprendí en toda mi carrera, más de 30 años en temas de agua, es la importancia de tener paciencia. Cuando el agua está bajo estrés, la mesa de discusiones es muy amplia porque todos necesitan el agua. Se requiere mucha paciencia para poder escuchar a todo el mundo, respetar sus opiniones e intentar trabajar para encontrar la solución. Al final del día, celebro que así sea. Si bien tuve que aprender a ser mucho más paciente, lo cierto es que los beneficios de tener a todos en la misma mesa son muy grandes: trabajo con gente interesada y que le importa lo que se está discutiendo.
A la hora de elegir qué es lo que más le gusta de su trabajo, Greg señala “la posibilidad de comprobar el cambio real que puede lograrse con un proyecto, ya sea en la naturaleza o, sobre todo, en la vida de las personas. Ver los beneficios que consigue una comunidad cuando accede al agua potable, cómo cambia todo a su alrededor, es personal y profesionalmente muy gratificante”. Reflexivo y cordial, Greg se toma su tiempo antes de responder qué es lo más difícil de su tarea: “Reconocer que no importa todo lo que uno haga, nunca es suficiente”, concede. Y concluye: “Coca-Cola y nuestros socios estamos haciendo más que ninguna otra corporación por cuidar el agua y ser sustentables. Pero necesitamos a los gobiernos, que responden a la voluntad de la gente. Me enfrento a un problema que es solucionable y asequible. Simplemente se necesita la voluntad política. Lograr ese cambio lleva tiempo y por momentos puede ser frustrante, pero es lo más importante que podemos hacer”.
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