Bien temprano por la mañana, y antes de que el sol entrerriano rompiera una tregua que ya se anticipaba muy frágil, más de 200 mujeres se acercaron al Centro Cultural Municipal de Chajarí para participar del encuentro “Transformar la educación”. Así fueron llenando el espacio para trabajar sobre cuestiones de género. Una buena manera de estrechar lazos en vísperas del Día Internacional de la Mujer.
Uno de los ejes del evento giró en torno al Posgrado de Agronegocios y Alimentos que desde 2017 organiza la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires en Entre Ríos. La iniciativa cuenta con el apoyo de
“El campo es un ambiente masculino y a nosotras nos resulta muy complejo poder entrar en ese sistema. La sociedad nos pone encima muchos prejuicios y una a veces los termina adoptando. Por eso es importante apostar a la educación; esa es nuestra herramienta”, señaló la veterinaria Valentina Miller, que trabaja con productores ganaderos y fue una de las becarias del curso.
Entrerriana por adopción, Andrea Leanza contó por su parte que se sumó al posgrado por motivos profesionales, pero que se llevó una gran enseñanza a partir de la diversidad. “El compartir este espacio con una variedad tan grande de profesionales y actores sociales nos fortaleció como grupo y se generó una red muy valiosa y virtuosa que nos potencia”, sostuvo la bonaerense, que es docente y miembro del equipo técnico pedagógico de la Dirección de Escuelas Agrotécnicas, que depende del Consejo General de Educación provincial.

En el cierre del segmento Adriana Alves, ingeniera agrónoma y Directora de Citricultura de la provincia de Corrientes, alentó: “No importa el género: hoy quien define qué hacer es uno mismo, no el otro. Vos te ponés tus límites, vos sabés lo que querés y cuánto vas a hacer para lograrlo”.
Un rato antes, la socióloga Susana Garat, una de las docentes del posgrado, había ofrecido una divertida charla con tintes propios de stand-up, en la que repasó estereotipos y los principales problemas de género en la sociedad actual. “Las mujeres hemos avanzado y nos prestamos a empoderarnos, pero todo eso hay que poder sostenerlo. Muchos hablan de equidad laboral, pero luego nos encontramos con un techo de cristal que nos impide crecer o, inclusive, quedamos estancadas en un piso pegajoso”, advirtió.

Nuevo público, más propuestas
Al día siguiente, ya 8 de marzo, las actividades se trasladaron unos 190 kilómetros al sudoeste, hasta Villaguay, en el corazón de la provincia. Allí, un centenar de personas, en su mayoría provenientes de sectores rurales, participaron de un acto por el Día Internacional de la Mujer con el foco puesto en la reflexión como base para el empoderamiento.
La jornada en el salón de la Asociación de Empleados de Comercio comenzó con la neuroeducadora Lucrecia Prat-Gay, que realizó una serie de propuestas interactivas y lúdicas para dejar en evidencia “cómo todos tenemos la posibilidad de desarrollar el mejor cerebro posible”. En la misma sintonía, más tarde tuvo la palabra Pablo Zitto Soria, abogado y conferencista, que propuso dialogar sobre el liderazgo femenino para ir hacia un mundo más equitativo, en el que hombres y mujeres se complementen.

El momento más emotivo lo generó Alicia Reynoso, enfermera veterana de la Guerra de Malvinas, cuando contó no sólo su experiencia en el hospital de campaña de Comodoro Rivadavia, sino también todo lo que vivió después, ya de regreso en casa. “Llevo una mochila en mi espalda que no me voy a poder sacar nunca. Sin embargo, si volviera a nacer, elegiría hacer lo mismo”, aseguró ante una audiencia que aplaudió de pie, emocionada hasta las lágrimas por su resiliencia.
"Nosotros somos actores sociales, y desde la igualdad y la inclusión generamos capacitaciones gracias a esta alianza importantísima entre
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