La selva amazónica es esencial para la vida de nuestro planeta. El enorme bosque, que abarca nueve países, alberga millones de especies de plantas y animales y es uno de los factores más importantes para mitigar la crisis climática global, ya que absorbe una gran cantidad de carbono. La selva tropical es un regulador clave de la lluvia que hace de América Latina una de las principales fuentes de alimentos del mundo.
En estos momentos, el aumento en los incendios forestales en el Amazonas, junto con la creciente deforestación, llevaron la atención mundial a la selva amazónica.
Si no se controla, el proceso podría llevar al Amazonas a un punto de inflexión en el que el bosque se convertiría en una sabana, dañando irreparablemente los sistemas climáticos regionales que sostienen a millones de personas en todo el mundo. El aumento de la deforestación y los incendios ponen en riesgo vidas, medios de subsistencia y a la naturaleza misma.
La Fundación
Sobre la conservación de la naturaleza The Nature Conservancy está trabajando para marcar una diferencia duradera en todo el mundo en 72 países. TNC tiene una larga historia de protección de tierras, ríos, lagos y océanos a través de proyectos locales.
[1] En un año normal, la selva amazónica absorbe alrededor de 2.200 millones de toneladas de dióxido de carbono, sugieren estudios.
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