En Argentina, Uruguay y Paraguay se los llama kiosqueros; en Perú, bodegueros; en Ecuador, tenderos; y en Chile, almaceneros. A pesar de esta diferencia idiomática, las personas que atienden estos pequeños comercios en los que se venden desde fósforos y bebidas hasta figuritas y caramelos comparten el compromiso con sus clientes. Y dan, sin dudas, vida a los barrios.
Agrupados en la Unión de Kiosqueros de la República Argentina (UKRA), los pequeños comerciantes polirrubro del país participaron del 4º Encuentro Internacional de Negocio Kiosquero que se realizó en Buenos Aires bajo el lema “Los kioscos, una fuerza social y económica que mueve los países”. El evento, que buscó compartir información sobre el estado actual del negocio y debatir sobre los próximos desafíos, también permitió visibilizar y reconocer la labor femenina del otro lado del mostrador: buena parte de estos comercios en el país y la región son liderados por mujeres. Así, durante el encuentro, las kiosqueras aprovecharon para hablar de su situación y manifestar sus deseos de mejorar sus negocios y alcanzar una formalización laboral completa.
Otra representante de las mujeres kiosqueras del país es Andrea Ruíz, dueña desde hace 20 años de un local en la ciudad de Santa Fe. “Empecé con un negocio muy chiquito, pero siempre quise tener a alguien a mi lado para que trabajara conmigo. Con esa idea invité a una conocida y lo que se iba vendiendo se repartía entre las dos. No éramos socias, pero así empezamos a trabajar juntas”, relató Andrea, quien cuenta que entre las dos ya tienen un par de kioscos en Santa Fe.
¿Qué es lo más lindo de ser kiosquera? “El contacto con la gente. Todos te van a decir eso porque es lo que hace que nos sigamos desarrollando y busquemos nuevos horizontes para satisfacer lo que el cliente necesita”, responde Andrea.
En 2010,
Desde 2015
Si querés leer sobre la capacitación a kiosqueras realizada en Bahía Blanca, leé esta nota.
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