En una provincia tan grande como la de Buenos Aires, con 5 millones de niños escolarizados, facilitarles el acceso al agua y garantizar su correcta hidratación es uno de los grandes retos. Gracias a una triple alianza entre las autoridades provinciales, Proyecto Agua Segura y
Risas, corridas, rondas y pelotazos. Escenas que se repiten en los patios de las escuelas del país. Pero tanta actividad física e intelectual requiere de una buena hidratación, algo que muchas veces es complicado de conseguir. Por eso, con el objetivo de atender la necesidad de un mayor acceso al agua y mejorar su consumo entre los alumnos, Proyecto Agua Segura, la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires y
“Con los nuevos bebederos los alumnos pueden venir, tomar agua y regresar a clase sin tener que esperar”, cuenta Natalia Pera, Secretaria de la Escuela Secundaria Nº 10 de San Martín. Hasta la instalación de estos equipos en el patio, los niños se hidrataban gracias a que los profesores rellenaban botellas y las dejaban en el suelo. “Era muy incómodo, ya que las maestras teníamos que estar todo el tiempo llenando los envases para que no les faltara agua. Ahora hemos ganado en organización y los chicos pueden beber cuando lo necesitan”, describe.
Durante 2018 Proyecto Agua Segura instaló bebederos en 30 escuelas de seis partidos bonaerenses: San Isidro, San Martín, Tres de Febrero, Morón, Lanús y Quilmes, beneficiando a unos 10.400 estudiantes. Su diseño innovador los vuelve higiénicos y especialmente adecuados para ser usados por niños. Los brazos con surtidores permiten beber de forma segura a tres alumnos al mismo tiempo. Como tienen picos invertidos que no sobresalen, se evita el contacto de la boca con el surtidor. “Al principio tuvimos que explicarles cómo tenían que beber, ya que apoyaban la boca, pero rápidamente lo comprendieron y ahora todos los usan sin tener que ir a buscar agua a los baños”, explicó Claudia Massa, Directora de la Escuela Secundaria “Malvinas Argentinas”, de San Miguel.
Una particularidad muy valorada es que los bebederos son accesibles para niños con movilidad reducida. “Para uno de nuestros alumnos son especialmente prácticos, ya que están a su altura y puede tomar agua desde su silla de ruedas”, añade Claudia.
Aprender, jugar e hidratarse
“Los recreos ahora son diferentes. Estamos muy contentos, porque los bebederos les proporcionan a los alumnos acceso fácil a agua. Y a ellos les encantó, ya que su diseño es atractivo y cómodo. Pasan, se hidratan un poquito y siguen jugando”, resume Diana Fleitas, Vicedirectora de la Escuela Primaria Nº 17 de San Isidro.
Mara Leonardi, Gerente de Relaciones Institucionales de
Desde hace dos años
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